A los 18 años me habìa picado el bichito del baileasì, sin comillas, sin parèntesis: la mùsica infernal
me volvìa absolutamente loco de remate
chiflado a màs no poder
y si por las mañanas salìa a trabajar
a vender diversos objetos por las calles
mediante corretaje
y si por las tardes me enfrascaba en el estudio
de las diversas literaturas